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29 noviembre 2009

Excitantes píxeles


¿Sabéis que odio? La sensación, después de una noche. tarde o mañana (o todo a la vez) bebiendo, de abrir los ojos con una desazón interna, con el karma chungo. Es decir, cachoperro. Que algo malo hiciste.

E intentas recordar. Porque cuando todos nos levantamos tardamos un poquito en ubicarnos, tanto en el espacio (-¿de quién coño es esta cama/suelo/coche?) como en el tiempo (-¿joder, me he dormido cinco minutos o es que se ha vuelto a hacer de noche? y eso sí que pasa). El caso es que das vueltas en la cama, tapado con la sábana-escudo que de todo protege, dudando entre si darle vueltas o vivir en la ignorancia (que durará hasta que algún hijoputa te lo recuerde, pretendiendo encima, echarte la bronca por algo que hiciste cuando estabas pedo y seguramente con buena intención, pues no hay borracho malo. No, no lo hay. Hay sobrios hijosdeputa. Y sobrinos hijosdeputa, que equivale a llamar tus hermanos/as putas.)

El caso es que, en un arranque de autocrítica, te dices: - ostia, afrontemos el hecho de que algo malo se hizo. Muy bien, muy valiente, olé tus huevos vos. Tampoco es que te quede otra, pero bueno, hay gente que ni siquiera se lo plantearía. Y vas repasando, poquito a poco, la noche. Vale. No te acuerdas de mucho. Normal. De repente te planteas por qué todas las cartas de los concursos antigúos de la tele había que mandarlas a San Cugat del Vallés, si debían tener un almacén muy grande, si sería un polígono industrial o un país entero. Un país postal. Como esas islas tan guays del Caribe.

Meneando la cabeza, apartas tan sesuda meditación, para volver a lo que importa. ¿Qué coño hice ayer?. Sabes que alguien se enfadó. O que dijiste algo que enfadará a alguien. Yo que sé. Estabas pedo.

No sé, luego te bebes una cocacola (nunca con beilys, niños) y se te pasa. Es lo bueno de la tele y eso. Que las cosas no te importan tanto, y eso ha sido a base de que pongan cosas tremendas intercaladas con chorradas como aquella de que habían descubierto la fórmula de la tortilla de patata. Quiero decir, a no ser que estés viendo Documentos T.V., programa en el que todo es así como más serio, al menos no tan estúpido como en los informativos, que son, ni más ni menos, el Gente pero fuera de Levante y Cartelera, aquél programa en el que José Toledo (que era una tía, nunca entenderé ese nombre) nos presentaba desde una caja blanca y negra los estrenos del panorama cinematográfico internacional. ¡Ah! Y el tiempo. Que es como una sección de coña que nadie ve. Porque qué ostias, para eso está interné y la pierna de la abuela.

Teletexto es el interné del pasado, y nadie lo aprecia. Pero no nos engañemos, sólo sirve para ver la programación y los resultados del fútbol allí donde interné no alcanza. E incluía pornografía. Os reto a comprobarlo. Os partiréis el ojete, sobre todo con los dibujos pixelados. Suelen estar en las páginas que empiezan por 8. Y páginas de mercadillo tipo Ebay.

Me voy a tatuar el teletexto. Soy su fan.

¿Cómo lo transmiten? ¿Por qué coño empieza a buscar los números justo en el siguiente al que quiero ver? (quiero decir, tu vas a la página 555 y empieza por la 556 y para arriba que va. Solución, poned la 500 y rápidamente la 555 y así tardará menos. Aunque si he de ser sincero nunca lo he probado, me gusta vivir esa emocionante búsqueda como si no tuviera otra cosa que hacer. Lo cual suele ser cierto, y aquí está este blog para demostrarlo)

Es curioso como el negocio del porno y el empezar por 8 y 9 siempre van relacionados. Bueno y el 69 pero... ¿quién ostias va a meter su lengua en una profesional?. Yo desde luego no. Aquí no vale aquella gran frase, máxima para algunos, de :"lo comido por lo servido". Definitivamente no. Lo veo algo muy feo.

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