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29 diciembre 2011

No me odiéis

Debo una disculpa a los participantes del bisoñurso que me han mandado fotos y no las han visto en la web. Aquí van. La disculpa, a crédito, la iré pagando en cómodas mensualidades de "lo sien" hasta que tenga decencia como para pagar un "to".



Al parecer Lázaro, nuestro habitual junto a Esther,encontró un garito llamado Pani donde hacerse un curioso retretrato. Bien por él.

Increíble pero cierto, Marina ha decidido concursar. Aquí la vemos colonizando un váter almeriense.
Y aquí a su amiga Alba, surfeando heces.
Leer el periódico en el wáter yo creo que es más de hombres. Por lo estético.
Mira, está leyendo lo de la nueva serie que van a sacar, la de Luna (ya veréis, ya)

María y María, duelo fecal
Y cómo no Esther, que la pobre me las envió hace eones y yo como si nada



Bueno chicuelos, haré un post de fin de año o no, según cómo esté por cumplir con la tradición de decir que voy a hacer algo y luego no hacerlo. Sos quiero.

25 diciembre 2011

Feliz Navidad, Madafackas

B*tches love X-mases
Los de 9 gag nos desean feliz navidad, yo extiendo sus palabras.

19 diciembre 2011

Bloody Alisha

Bueno, se sabía ya que iba a pasar, pero no cómo... en un capítulo que ha salvado parte de las idas de olla de la temporada, han finiquitado el paso de Antonia y del mongo de Iwan Reon -o como sea- por Misfits. Una lástima. Alisha never forget. Aunque realmente a lo largo de los 8 últimos capítulos el personaje ha sido de una planicie suprema, bastante soso, ha tenido algunas cosas graciosas, como fingir hacerse una pajilla. Pero poco más. Para eso, amiga, mejor muerta que viva, que de los finados nunca se habla mal. Y no sería sorprendente que reapareciera tiempo después, ya que en el universo Misfits nadie es susceptible de estar muerto si el guionista de turno no lo desea. 

http://fuckyeahantoniathomas.tumblr.com/post/14446856507


¡Ja, ja, y encima ha sido la actriz zorrona (Jesica Brown-Findley) del segundo de Black Mirror!... ¡todo está conectado en la Pérfida Albión! Y al parecer es una joven promesa del cine británico, así que la podremos odiar -y disfrutar, porque lo hace bien y está buenorris- en futuras ediciones. Sale también en Downtown Abbey.

¡Ay, Nathan, ahí la giñaste!

Pero bueno, como a mi personalmente no me importa mucho porque -ojo spoiler- es una actriz y no ha muerto de verdad, seguiremos su carrera con gran interés y muchos tuits pesados.

El bisoñé sigue teniendo su misión de contactar con Tony. Ése es el rollo. Y para los fanáticos, seguramente haya un Series 4, así que simplemente será un poco más soso.

07 diciembre 2011

Meanwhile, in Almería

Yo llevaba un mes aproximadamente pelándome un poco el culo de frío. Semanas de esas en las que el frío de verdad comienza a anunciarse, preludiando lo que viene a la vuelta de Navidad: nuestro pequeño casquete polar burgalés, pero sin casquete porque de todos es sabido que en Burgos se prohibió follar hace años. Al parecer ya había demasiados burgaleses en el mundo. A juzgar por mi amigo Seta, aquella prohibición pudo perfectamente haberse adelantado un poco.

Pues bien, como decía Triana, hay un lugar. Pero aquí ni nace la lluvia ni pollas, es Amería, donde ayer estaba en manga corta en el paseo marítimo, la gente navegaba y se tiraban en la playa como si fuera el puto mes de agosto, pero en el planeta Mercurio. No tengo palabras para describir la confusión mental que me provoca ver luces de Navidad y papá Noeles everywhere combinados con oportunos escotes y pantalones cortos. No sé si es bueno o malo. Pero es lahostia.

02 diciembre 2011

Una culturaloide

Cualquiera que de pequeño tuviera un mínimo interés por las batallas marítimas, no podía quedarse indiferente ante peliculones del nivel de El hidalgo de los mares o Rebelión a bordo cuando las echaban por la tele en esas eternas tardes de domingo. Incluso ver con agrado productos de mucha menor calidad como La isla de las cabezas cortadas, por ejemplo, sólo porque se disparaban cañones.


Si de verdad lo vais a leer, mejor será que os ambientéis


Cuando esta afición se pasaba a la lectura, uno devoraba libros que podían ir desde el surrealista El pirata Garrapata a La Isla del Tesoro pasando por Joseph Conrad y su melancólico En las últimas o -cómo no- Moby Dick, de Herman Melville, imaginando mares embravecidos, jarcias, gavias, foques y demás aparejos tensándose al viento para llevar a algún navío en busca de aventuras.


Es muy larga y llena de objeciones la discusión que rodea al cine histórico, tanto que no me voy ni a molestar en hablar de ello. Quiero comentar una sola película, un peliculón, como es Master & Commander (2003), cuyo título está sacado de la primera novela de la serie Aubrey-Maturin, un total de 20 libros salidos de la pluma de Patrik O'Brian. Esta saga épica narra las aventuras y desventuras de un personaje, Jack Aubrey, que empieza como capitán de la pequeña corbeta Sophie haciendo cruceros por la costa catalana para ir ascendiendo en cargos hasta los más altos niveles de la oficialidad inglesa de finales de finales del XVIII e inicios del XIX, los años de Nelson, Trafalgar, Napoléon y nuestra Guerra de Independencia.

La adaptación cinematográfica acierta donde por contraposición falla Alatriste. En vez de intentar meter 20 novelas en 90 minutos (5 creo recordar que fueron en el caso de Don Diego), se hace un guión coherente, que saca elementos  de muchas de las novelas y los mezcla magistralmente, de tal modo que el espíritu de los libros es perfectamente respetado. Los ambientes, la recreación de la atmósfera de la Surprise en cada circunstancia concreto -persecución, desesperación, los momentos antes del combate, la alegría, la música perfectamente aparejada, el mar, los vestuarios... Es un gran ejercicio no sólo de adaptación sino de recreación histórica. Si me tuviera que quedar con algo personal, me encanta el duelo entre los dos capitanes, tácito pero siempre presente y expresado solamente a través de Aubrey (genial Russell Crowe).


La comparación con Alatriste no es ociosa, y que es que Pérez-Reverte, aparte de marino, como el siempre reivindica, lector de las novelas de O'Brian y embarcado alguna vez en esos temas -La carta esférica, Cabo Trafalgar- ha sufrido las peores adaptaciones posibles a todas sus obras, de las cuales la serie Alatriste, qué triste, tampoco escapó. De los libros se ha dicho mucho y por la parte de los historiadores está muy criticado. Personalmente me gustan como un ejercicio a caballo entre Dumas y sus mosqueteros con algo de lo de O'Brian, aunque -vaya por descontado- las referencias y el trasfondo son infinitamente más ricas que lo que he comentado. Lo que realmente me rechina es el patriotismo de cristiano viejo, pero bueno, es lo que Pérez-Reverte ha intentado inculcar desde sus novelas iniciales hasta Cabo Trafalgar o Un día de Cólera. Que en el fondo, todos somos muy españoles, aunque no queramos, porque está en nuestro ser. La pregunta es si no se refiere a un sentimiento que está en el interior de cada humano, un concepto de patria o de lo querido abstracto e individual que nos impulsaría, como a aquel desgraciado, a trepar por el mástil con la bandera mientras nos disparan esos canallas ingleses.

Muchos dirán que no era tan mala. Eso será porque se habrá leído los libros más de una vez y no les molesta oír el forzado castellano del bueno de Viggo Mortensen (por todo lo demás un actor increíble y concienzudo en la preparación de sus papeles, es de mis favoritos). El guión es el mayor caos creable, se intentó meter todo y no había ni tiempo ni dinero. Cuánto habrían ganado escenarios como el sitio de Breda, o esos paseos por Madrid, si nos hubieran ahorrado el cutre remedo de la batalla de Rocroi entre cuatro putos gatos, amén de la música que alguien comparaba -ya no recuerdo quién pero tenía razón- con la de la Semana Santa.

Todo fuera por reflejar tan manida tragedia del español, que "no era por falta de valor", como se ponía en boca de un derrotado Alfonso VI (John Fraser) en El Cid de Anthony Mann, sino porque no se podía y punto (malos gobernantes, dinero, que si éramos más honrados y nos engañaban, y demás razones que los melancólicos del Imperio siempre repasan en su mente cuando ven un cuadro de un barco o lo que sea que les excite)

En fin, que por supuesto los libros de Patrick O'Brian destilan una serie de filias y fobias hacia ingleses y franceses y españoles, respectivamente, bastante considerables, amparadas en aquello de "es que por entonces era así", pero eso se perdona por la dimensión y calidad de la obra. Y encima, es que van y le hacen un peliculón que podría estarme viendo horas y horas, lleno de detalles, de miradas elocuentes, de silencios expresivos. De todo un metacódigo que hace que la simple historia de barcos sea todo un retrato histórico perfectamente ejecutado.

Y eso es más o menos lo que quería decir. Vedla. Admiradla. Y luego soñad con ella.

A bueno, a esta música me refería con lo de Alatriste y las fanfarrias.







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