Teniendo bien claro que mi aportación no es novedosa, pues a muchos ya les ha dado por comentar el asunto, tanto en la prensa de tirada nacional como en la puerta de un baño de mi facultad que gusto de frecuentar y que siempre me tiene al tanto de lo que se cuece en la M, esta temporada otoño-no se qué (algunas modas duran días, otras años, como la inexplicable pervivencia del rollito rotweiler-bakalardo-últimamente pokero) se llevaba, y aún se lleva, lo de ponerse cosillas jippis. Del palo supermono.
Pase lo de las chicas de a pie, que sin ser hippies (y quién lo es hoy días, salvo cuatro gatos) pretendían serlo en una combinación con bohemios. Léase rastas, bicicleta, cosillas de cuero y poco más. Aunque me parecía un disfraz, hay que reconocer que no les queda nada mal. Peeeeero.
Peeeeero. Ahí está el asunto. Peeeero pero porompompero. Ahora a las pijas de verdad, las que gustan de la ropa de madre, vamos, las de toda la vida de padel y complementos raros (esos enormes cinturones y zapatillas doradas, sin olvidar los collares de bolas de dimensiones exageradas en combinación saltona con un color de piel no moreno, sino naranja enfermizo), pues les ha dado por ir también de hippies, eso sí, a su manera superchic.
Me toca los cojones. En serio. Quítate esa cinta del pelo por dios. Por favor. Que no eres jippi. Yo creo que el asunto va de que han visto guapas a las que se disfrazaban de primeras, un rollo que en su mentalidad es "como pobre pero étnico" o algo así, y ya aprovechando que las imitaban, pues han plantado un árbol en su jardincito. De su chalé. Pues mira que bien oyes.
A ver si te plantas tú, zorra de mierda, aunque con la de pote que llevas seguramente hagas una especie de círculo en la tierra, salvo que en vez de proteger de la Santa Compaña a quien se meta dentro le harás morir, eso sí, de una manaera divina. Divina de la muerte.
Ja ja.
Y poco más. Lo único reiterar mi comprensión y aceptación del rollito jippy para las que no son pijas. Que tampoco son jippies, pero aún así me caen bien. Yo tengo soriasis, y no soy de Soria (es un recurso literario, no os lo creáis. Soy de Soria)
Hala majetes.
Salud!
Pase lo de las chicas de a pie, que sin ser hippies (y quién lo es hoy días, salvo cuatro gatos) pretendían serlo en una combinación con bohemios. Léase rastas, bicicleta, cosillas de cuero y poco más. Aunque me parecía un disfraz, hay que reconocer que no les queda nada mal. Peeeeero.
Peeeeero. Ahí está el asunto. Peeeero pero porompompero. Ahora a las pijas de verdad, las que gustan de la ropa de madre, vamos, las de toda la vida de padel y complementos raros (esos enormes cinturones y zapatillas doradas, sin olvidar los collares de bolas de dimensiones exageradas en combinación saltona con un color de piel no moreno, sino naranja enfermizo), pues les ha dado por ir también de hippies, eso sí, a su manera superchic.
Me toca los cojones. En serio. Quítate esa cinta del pelo por dios. Por favor. Que no eres jippi. Yo creo que el asunto va de que han visto guapas a las que se disfrazaban de primeras, un rollo que en su mentalidad es "como pobre pero étnico" o algo así, y ya aprovechando que las imitaban, pues han plantado un árbol en su jardincito. De su chalé. Pues mira que bien oyes.
A ver si te plantas tú, zorra de mierda, aunque con la de pote que llevas seguramente hagas una especie de círculo en la tierra, salvo que en vez de proteger de la Santa Compaña a quien se meta dentro le harás morir, eso sí, de una manaera divina. Divina de la muerte.
Ja ja.
Y poco más. Lo único reiterar mi comprensión y aceptación del rollito jippy para las que no son pijas. Que tampoco son jippies, pero aún así me caen bien. Yo tengo soriasis, y no soy de Soria (es un recurso literario, no os lo creáis. Soy de Soria)
Hala majetes.
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