Me he fijado un número considerable de veces, las necesarias para que pueda considerarse como un estudio científico. Los resultados: apabullantes. Las pijas tienen patillas. Las hay que no, claro. Pero tienen patillas, bigotes e incluso barbitas de estas de abuela, con sus pelillos remolones (porque remolan) y rizados. Que parece un campo de césped al atardecer. Pero en negro asco.
Me parece bien porque como además de pelo también hacen eso de los maquillajes y coloretes y electromovidas para estar morenas, se junta todo, y de verdad consiguen ser más feas que antes del tratamiento. Propongo dar premios a las que más feas consigan ponerse, con sus gafas de Tin Cup y sus camisas de camarero del Camping de Fuentesblancas (Chiste de Burgos).
Estuve en granada el finde (finde... qué modernidades) pasado y por allí se extiende cual metástasis imparable esa moda famera de ponerse tooodo el pelo hacia arriba, los chicos digo. Como un puercopespinete to cachondo. Igual me estoy haciendo vieja, pero en verdad os digo que podían caerse y caminar sobre sus pelos. AAAAh ya se como quién van. Como el viejo amigo.
Fido Dido.
Abril, mayo y junio son los tres meses que estadísticamente (fuente: mis pelotas) agrupan l amayor tasa de cumpleaños. La curva de aniversariedad comienza a elevarse suavemente en marzo (pero, desengañémonos, los nacidos en marzo apestan), y cuando llega abril aquello sube un no parar hasta llegar a una resaca ya bastante curiosa hacia finales de junio. Más o menos por donde empiezan los Sampedros. A qué se debe, quizá los mayas lo dijeran, puede incluso que las meigas lo supieran. Lo que es cierto que 9 meses antes la gente estaba facka que te facka. Lo cual es bonito imaginárselo excepto cuando son los padres de uno. Y, no os equivoquéis. No me rayéis el coche. Vuestros padres ñaca-ñá. Sobre todo ahora, en primavera. En todas las camas de la casa. En todas las casas del barrio. En todas las camas de todos los barrios de todas las ciudades. Los padres folladores nos acechan.
Cualquiera puede ser el siguiente en oírlo. O mucho peor. Traumáticamente peor. En verlo.
Me parece bien porque como además de pelo también hacen eso de los maquillajes y coloretes y electromovidas para estar morenas, se junta todo, y de verdad consiguen ser más feas que antes del tratamiento. Propongo dar premios a las que más feas consigan ponerse, con sus gafas de Tin Cup y sus camisas de camarero del Camping de Fuentesblancas (Chiste de Burgos).
Estuve en granada el finde (finde... qué modernidades) pasado y por allí se extiende cual metástasis imparable esa moda famera de ponerse tooodo el pelo hacia arriba, los chicos digo. Como un puercopespinete to cachondo. Igual me estoy haciendo vieja, pero en verdad os digo que podían caerse y caminar sobre sus pelos. AAAAh ya se como quién van. Como el viejo amigo.
Fido Dido.
Abril, mayo y junio son los tres meses que estadísticamente (fuente: mis pelotas) agrupan l amayor tasa de cumpleaños. La curva de aniversariedad comienza a elevarse suavemente en marzo (pero, desengañémonos, los nacidos en marzo apestan), y cuando llega abril aquello sube un no parar hasta llegar a una resaca ya bastante curiosa hacia finales de junio. Más o menos por donde empiezan los Sampedros. A qué se debe, quizá los mayas lo dijeran, puede incluso que las meigas lo supieran. Lo que es cierto que 9 meses antes la gente estaba facka que te facka. Lo cual es bonito imaginárselo excepto cuando son los padres de uno. Y, no os equivoquéis. No me rayéis el coche. Vuestros padres ñaca-ñá. Sobre todo ahora, en primavera. En todas las camas de la casa. En todas las casas del barrio. En todas las camas de todos los barrios de todas las ciudades. Los padres folladores nos acechan.
Cualquiera puede ser el siguiente en oírlo. O mucho peor. Traumáticamente peor. En verlo.
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